TURISMO SOCIAL 7

No es mi filosofía y se que tampoco la de muchos, ir a conocer países de la mano de una
empresa, pero creedme, de la mano de ellos habrás aprovechado tu dinero, tu tiempo, tu
viaje y sentirás, que te enseñan El Salvador unos amigos. Además si les caes bien y
gratuitamente, te acompañan a lugares como los bares, sitios donde las mujeres hacen
dulces caseros, te llevan al mercado y te ayudan a regatear. Bueno a nosotros nos
hicieron una barbacoa, el madriles hasta nos hizo una tortilla de patatas uhmmmm¡¡.
Tampoco hay que negar que la infraestructura turística en El Salvador, aún esta por
desarrollar, y aunque los lugares bellísimos estén, es complicado acceder a ellos por el
método independiente.
Pero todo tiene sus ventajas. A quien no le gusta llegar a un lugar y que un lago
formado en un cráter sea solo para tu pequeño grupo, así te quieras bañar desnuda o
hacer el pino puente en un árbol, solo para ti. Además de ir en total paz y relax. Ellos
trabajan incluso para grupos pequeñitos, en más de una ocasión fuimos sólo tres, mis
queridas compañeras María, Helena y yo. El precio varía según el programa que elijas y
los que seáis, ellos te lo adecuan a tus preferencias, pueden ser a partir de 30 euros,
aproximadamente.

Creo que lo ideal es mezclarlo todo, con tecolote para ver los lugares de más difícil
acceso, un poco de microbús, y claro también hay que lanzarse a los buses públicos. Yo
estuve un mes en El Salvador, una semana de turismo y el resto con la ong y en las
comunidades de colaboración (no dejaba de ser turismo, aunque no me gusta utilizar esa
palabra para describir lo que allí viví, porque lo frivolizaría, ya que me hicieron sentir
como en casa).

Aprovechamos esa semana de turismo para conocer El Salvador de una punta a otra,
gracias a una buena planificación por parte de Tecolote, aunque también mezclamos
microbús, bus público, taxi y un mucho de ilusión, ganas y aventura. Quedaron muchas
cosas por conocer por supuesto, pero hay que ir dejando pendientes, como miguitas de
pan dejaba pulgarcito, para asegurar que algún día regreses.